Vidas estremecedoras Vol 3 ---> J.C. Merrick

"Vi la luz por primera vez el 5 de Agosto de 1862. Nací en Lee Street, Leicester. La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad"
Joseph Carey Merrick, también conocido como "El Hombre Elefante", se hizo famoso debido a las terribles malformaciones que padeció desde los dieciocho meses de edad. Condenado a pasar la mayor parte de su vida enrolado en el mundo de la farándula, sólo encontró sosiego en sus últimos años de vida. A pesar de su desgraciada enfermedad sobresalió por su carácter dulce y educado, así como por una inteligencia superior a la media. Aunque todavía no se sabe con absoluta certeza, se cree que Joseph Merrick pudo padecer una severa variación del Síndrome de Proteus, del cual representaría el caso más grave conocido hasta el momento.
Merrick llegó a describirse a sí mismo de la siguiente manera: "Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm, con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no son más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir"
Joseph Carey Merrick empezó a presentar los primeros síntomas de su enfermedad a los 18 meses. A partir de los cuatro o cinco años, en su cuerpo empezaron a formarse bultos y los huesos de sus extremidades y su cráneo se desarrollaron de forma anómala. Según su propio testimonio, recordaba que de niño nunca pudo jugar con sus compañeros de colegio puesto que sus piernas y su cadera deformadas se lo impedían. Su madre, Mary Jane, quiso escolarizarlo pero las deformaciones de Joseph empezaban a ser ya espectaculares y muchas personas le hacían corros en la calle para observarle, hecho que hizo que Mary Jane lo llevara y trajera personalmente del colegio. Así Joseph pasó toda su infancia literalmente pegado a su madre, lo que le desarrolló una gran dependencia de ella. De mayor siempre la recordó como una madre muy cariñosa y entregada a sus hijos.
En 1873 la madre de Joseph falleció de una bronconeumonía. Según Joseph, ése fue el peor suceso de su vida, incluso peor que su enfermedad, ya que con su madre se iba la única persona que le había demostrado amor verdadero y le había cuidado. Se quedó totalmente solo pues su padre no quiso hacerse cargo de él, lo abandonó, y en este punto es donde empezaron todos sus padecimientos. Poco tiempo después su padre volvió a casarse con una viuda con dos hijos. Su madrastra y hermanastros no lo aceptaron y, además de las vejaciones continuas que le propinaban, e ignorando todas las dificultades que le ocasionaban sus deformidades, le exigieron que trabajase y ganase dinero para contribuir al sustento de la familia. Le reprochaban continuamente que se escudaba en sus malformaciones (las más graves sufridas nunca por una persona) para no tener que emplearse y así poder hacer el vago. Joseph recordaba que su madrastra solía quitarle el plato de comida cuando todavía estaba a medio terminar recriminándole que con lo poco que aportaba al hogar, lo que se había comido era mucho más de lo que merecía. Ante la insistencia de la madrastra, y gracias a la colaboración de su tío Charles Merrick, consiguió emplearse en una fábrica de puros. En ella estuvo trabajando durantes dos años; justo hasta que su gigantesca y deformadísima mano derecha le impidiera seguir liando hojas y, consecuentemente, le despidieran.
Su padre, al que posteriormente en su autobiografía le reprocharía que nunca lo quiso como a un hijo, le consiguió una licencia de vendedor ambulante. Con un carrito, Joseph recorría las calles vendiendo artículos de la mercería de su padre. En pleno desarrollo de la adolescencia, las dolencias de Joseph iban a más y su aspecto era ya impactante. Evidentemente, su labor como vendedor fue un fracaso total: la gente o no le abría la puerta porque ya sabían que era él el que llamaba o no le compraban nada argumentando que no le entendían.
Finalmente la insoportable presión familiar, los sucesivos ultimatos de su madastra a su padre y una última paliza hicieron que Joseph se marchara de casa para siempre llevándose sus pocas pertenencias en su carrito de vendedor a la edad de quince años.
Su tío Charles Merrick, regentaba una barbería y alertado por vecinos de la situación de su sobrino, salió a buscarle y le tuvo en su casa durante dos años. Joseph siempre recordó el buen trato que recibió de sus tíos.
En 1879 la vida de Joseph volvió a complicarse. El gremio de vendedores ambulantes habían denunciado que Joseph daba mala imagen al sector y pidieron que no se le renovara la licencia para vender. La casa de su tío era muy pequeñas y Charles y su esposa esperaban un hijo. Joseph pensó que era una carga muy grande para ellos y que no debía abusar de su amabilidad. Aún en contra de la opinión de su tío, Joseph decidió ingresar en la Leincester Union WorkHouse a finales de 1879.
Joseph siempre habló de la WorkHouse con miedo y horror. Al cuarto año de estar allí, la protuberancia que le crecía en la cara ya le impedía comer y los responsables de la Work House creyeron conveniente llevarle a la Leicester Infirmary para que le operaran y de paso, se lo quedaran ya que en la Work House no se daba asilo a aquellos que no podían ganarse la sopa y la cama que les ofrecía el estado a cambio de trabajo. En la Leicester Infirmary le operaron la protuberancia en forma de trompa de elefante que dio origen a su mote. Joseph recordaba que la operación fue muy dolorosa pero que le consiguieron quitar medio kilo de tejido y que pudo volver a comer mejor y hablar con más claridad. Mientras se recuperaba se acrecentó su deseo de no regresar a la Work House (donde tampoco le querían) y pensó cómo podía ganarse la vida. Exhibirse en las ferias era la única salida para él. Decidió escribir a un promotor de ferias contándole su situación y que estaba interesado en trabajar para él. El avispado promotor en cuanto le vio, supo que iba a hacer negocio. Su número era una gran atracción.
Frederick Treves, vio a Joseph por primera vez en las postrimetrías de 1884. Treves quedó fuertemente impactado con Joseph y solicitó a Tom Norman (el feriante) que le dejase hacerle un reconocimiento médico. Quedando patente que la enfermedad era incurable y que no se podía quedar en el hospital, Joseph tuvo que abandonar el hospital. Durante ese tiempo, Joseph por timidez, miedo y porque no se expresaba bien debido a su boca deformada no mantuvo casi conversación con Treves. Tal fue su mutismo que Treves pensó que era retrasado mental. Y era todo lo contrario. Merrick poseía una gran inteligencia y sensibilidad.
En casi todos los lugares donde trabajaba, su exhibición era cerrada, por encontrarla indecente debido al sorprendente aspecto que tenía. Así pues, tras estar con varios feriantes, decidió alejarse de todo ello y marchó a Londres en un barco.Treves fue llamado a la estación y se lo llevó consigo al London Hospital. Allí le hizo ingresar de modo fraudulento, lo que le trajo problemas con sus superiores.
El director del hospital entendió la situación de Joseph, pero el London Hospital no aceptaba enfermos crónicos. Se consideró la posibilidad de enviarle a algún asilo, pero todos le rechazaron. Joseph sugirió que mandasen a un faro o a un asilo para ciegos y pidió reiteradamente que no le mandaran a una Work House. El solicitar ir a un faro era porque en ese momento Joseph tenía auténtico pánico a la gente y el ir al asilo de ciegos era para poder relacionarse con gente sin la angustia de que le vieran y así le trataran con normalidad.
Así las cosas, el director del hospital tuvo la idea de insertar un anuncio a la prensa solicitando ayuda económica para poder hacer un fondo para Joseph y así justificar el poder tenerle alojado de por vida. La respuesta de la sociedad inglesa fue un éxito; se recibieron cuantiosas sumas de dinero. Solucionado el tema económico se habilitaron unas habitaciones para Joseph que se convertirían en su último hogar. Nuevamente logró cotas de repercusión impensables cuando la propia Alexandra, Princesa de Gales, y el Duque de Cambridge se interesaron personalmente por la suerte del infortunado Merrick. Sería ahí donde Merrick, una vez alcanzada la paz que tanto había ansiado, se dedicó a sus dos grandes pasiones: la lectura de novelas románticas y la escritura. Pronto, comenzó a recibir visitas, a las cuales siempre sorprendió con su extraordinaria educación y sensibilidad.
Una mañana de Abril de 1890, a los 27 años de edad, en la etapa más feliz de su vida, Joseph Carey Merrick fue encontrado muerto en su cama. Treves, tras un examen, concluyó que murió de asfixia al quedarse dormido. Sin embargo, actualmente, tras análisis más detallados de su esqueleto, más que por asfixia, se estima como la causa más probable de su muerte a que repentinamente su cabeza se inclinara debido a su desproporcionado peso y se desnucara.
En el London Hospital se exhiben el esqueleto de Joseph y algunas pertenencias suyas: un sofá con ruedas que tuvo en sus dependencias en el hospital, el gorro con el trapo cosido que le cubrían la cara y la cabeza (fabricado por Tom Norman) y vaciados de escayola que le realizaron una vez muerto.Ésta sí que fue una vida estremecedora…