Monday, December 25, 2006

Wind of change...

Corren tiempos de colera, de esperanza, de alegria, de ilusion, de tristeza, melancolia,añoranza, de confusion y duda...como afrontarlos?como comprenderlos? No importa,ya nada importa,no trates de pensar ni razonar...solo hay que ACTUAR.

"deja de preocuparte y ocupate en ello"--> es decir,deja de pensar en como hacer las cosas y actua de una vez.

Qué dificil resulta esto para los que se pasan las 24h de vida buscando respuesta a todo lo que les rodea, buscando comprender todo. Ahora les digo: BASTA, no pienses en como deberian haber ido las cosas o como seran en un mañana,no vivas atormentado por lo que te pueda deparar ese mañana,

no te asustes con la luz del alba...

es probable que el encuentro te brinde causas por las que luchar,dias de sol o lo que es mejor, una persona a quien dedicarle ese brillo de tus ojos, ojos iluminados por el nuevo dia.

Ahora levantaros, extended vuestros sentidos, unid vuestras fuerzas, romped esas barreras y vivid...merece la pena.

luchad por lo que querais y tened fe, solo asi lograreias ser alguien.

Ahora, tras esta reflexion, os invito a que escuches esta cancion...se llaman "My chemical romance", y me encanta la cancion,porque me inspira fuerza! Se la dedico a mi niño,por saber inspirarme esta fuerza cuando menos me la merecia...te quiero.




Thursday, December 07, 2006

Vidas estremecedoras vol 2---> Friedrich Nietzsche

“Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”.


Friedrich Wilhem Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en un pequeño pueblo, Röcken, cerca de Leipzig, en la provincia prusiana de Sajonia. Los padres de Nietzsche eran Carl Ludwig (1813-1849), un pastor luterano y preceptor privado, y Franziska (1826-1897). Su hermana, Elisabeth, nació en 1846.

Estudió Filología en la Universidad de Universidad de Leipzig. Años después, recibió una oferta extraordinaria por parte de la Universidad de Basilea para convertirse en profesor de Filología Clásica antes incluso de haber completado su doctorado o certificado para la enseñanza. En 1879, después de un declive de salud, se vio forzado a abandonar su puesto como profesor. Desde su juventud, Nietzsche había padecido frecuentes momentos de debilidad generalizada, con épocas de carencia visual que rozaba la ceguera, fuertes migrañas, y violentos ataques estomacales. Se rumorea que cuando era joven una prostituta le contagió la sífilis y desde entonces su salud se deterioró notablemente.

Entre sus amigos destacan: Arthur Schopenhauer, Richard Wagner (con quien acabó enemistándose), Franz Overbeck, (un profesor de Teología, a quien mantuvo como amigo durante toda su vida), el historiador Jacob Burckhardt, entre otros.

Pero la amistad que me interesa señalar es la que mantuvo con Lou Salomé. Nietzsche la conoció a través de unos amigos comunes: Malwida von Meysenbug y Paul Rée. Nietzsche y Salomé estuvieron un verano juntos en Tautenburg, a menudo con la hermana de Nietzsche, Elisabeth. La visión que de Nietzsche tenía Salomé era más la de un estudiante lleno de genialidad que el de una posible pareja. Él se enamoró de ella y la siguió, a pesar de que ella estaba enamorada de su amigo mutuo Reé. Cuando le pidió que se casara con él, Salomé le rechazó. Las relaciones de Nietzsche con Salomé y Rée se rompieron en el otoño de 1882-1883, en parte por las intrigas llevadas a cabo por su hermana Elisabeth. En paralelo a esta historia, Lou Salomé de vez en cuando mantenía correspondencia con Freud, introduciéndole en el pensamiento de Nietzsche. Como véis el pobre Nietzsche nunca fue amado… Amó una vez y no fue correspondido…



Entre sus obras están: “Ecce Homo”, “El anticristo”, “Nietzsche contra Wagner”, “Aurora. Reflexiones sobre prejuicios morales”, “La gaya ciencia”, “Así habló Zaratustra”, “Más allá del bien y el mal”, etc.

En su 44 cumpleaños, Nietzsche tuvo un colapso mental. Provocó un desorden público, perdida ya la razón, por las calles de Turín. La versión más extendida sobre lo sucedido dice que Nietzsche caminaba por la Piazza Carlo Alberto, cuando de repente hubo un alboroto causado por un caballo que, al tropezar y caer junto con el furgón que arrastraba llamó su atención. Nietzsche corrió hacia él y lanzó sus brazos rodeando el cuello del caballo para protegerlo, desvaneciéndose acto seguido contra el suelo. Este fue el inicio de su decandencia.

En 1889, Nietzsche estaba enteramente sumergido en la locura, y su madre Franziska decidió llevarle a una clínica en Jena bajo la dirección de Otto Binswanger. En marzo de 1890, Franziska sacó a Nietzsche de la clínica, y en mayo de 1890 lo llevó a su casa en Naumburg. Después de la muerte de Franziska en 1897, Nietzsche vivió en Weimar, donde fue cuidado por su hermana Elisabeth. Finalmente, murió el 25 de agosto de 1900, después de contraer neumonía.


El principio Vitalista:

Nietzsche, enfermo y en continua búsqueda de la salud, es el pensador que más ha glorificado la vida. Pero la vida simbolizada en Dionisos es la vida instintiva, proclamada por Zaratustra; que dice “sí” a la vida del cuerpo sano y fuerte y a todos los goces de los sentidos; sí a los instintos egoístas de dominación, de lucha, etc.

En nombre de la vida condenará todos los valores de la cultura moderna (S. XIX), el arte wagneriano, la filosofía, la ciencia y sobre todo la moral y el cristianismo. Sobre todo critica el cristianismo y la moral cristiana, que entonces era la única que había.

-"La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte."


- Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en la locura.

- "Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal."

- "No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada"

El superhombre:

Nieszche critica duramente la decadencia de la civilización moderna en todos sus aspectos, y ante ello reacciona con la creación del superhombre: un “hombre del porvenir”, un hombre superior que ha de realizar la liberación del mundo a través de la transmutación de todos los valores. El será el “anticristo” y el antinihilista, “el vencedor de Dios y de la nada”. Nietzsche creó el superhombre y se encuentra casi exclusivamente en su obra “Así habló Zaratustra”.

Zaratustra anuncia que viene a proclamar el mensaje del “superhombre” en conexión con la muerte de Dios y el eterno retorno. Los rasgos del superhombre: será terreno, y materialista, que ama el cuerpo y sus instintos y desprecia el alma (alma cristiano, obviamente). El superhombre es el creador de valores, el que realizar la transmutación, la nueva raza de los hombres del porvenir que se han superado en sí mismos.

La transmutación de los valores:

La transmutación de los valores es también el lema que condensa su filosofía. Toda su obra se reduce a una “inversión de los valores”. A veces, Nietzsche ha sido llamado el filósofo de los valores. La palabra valor la ha tomado de los economistas ingleses (Adam Smith, por ejemplo). Todo lo que hay en el mundo se reduce a valor.

Nietzsche quería llegar a la raíz del valor y comenzó hablando del valor de la existencia. Las cosas exteriores son neutras, todo depende de la valoración que hacemos de ellas. En ese sentido es el hombre el que crea los valores. De ahí el relativismo: los valores dependen de los pueblos, de los individuos.


El ateísmo:

La actitud religiosa de Niezsche se resume en ateismo. Hay quien entiende que su ateismo comenzó durante su juventud como signo de rebeldía frente a la educación recibida. A los trece años hace a Dios padre del mal. Fue al ateismo el que le condujo a la lectura de Schopenhauer, a romper con Wagner cuando este se inclinó al cristianismo y a tener amigos ateos y críticos con la religión. Nietzsche ha exaltado el ateismo porque significaba para él la liberación de todas las trabas de la moral. Su negación con Dios está presente en toda su filosofía:

- "No puedo creer en un Dios que quiera ser alabado todo el tiempo"

- "Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres".

- "¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?"

El eterno retorno:

Nietzsche dice que la única realidad es la vida en devenir (en cambio constante). Sin embargo, sabe que el hombre quiere una vida eterna , pero, ¿Cómo integrar la eternidad en el tiempo? Nietzsche desea una vida exclusivamente terrena y para ello desarrolla una teoría que forma el núcleo central de su doctrina y será la explicación última del devenir y de la vida: el eterno retorno.

La idea de eterno retorno se refiere a un concepto circular de la historia o los acontecimientos. La historia no es lineal, sino cíclica. Una vez cumplido un ciclo de hechos, estos vuelven a ocurrir con otras circunstancias, pero siendo, básicamente, semejantes.

En “Así habló Zaratustra” el profeta se erige en el mensajero del eterno retorno. Nuestra vida es un largo camino, el mismo que se recorre eternamente. Este pensamiento de que todo ha de repetirse siempre, según Nietzsche debe de ser desesperante para la “masa gregaria” –plebe- que no ama la vida, pero exultante para quien ama la vida terrena.

La moral:

Es la parte más amplia y conocida de la filosofía de Nietzsche. Los filósofos hasta entonces pretendían hasta entonces encontrar “los fundamentos” de la moral y se ocupaban de ella como una ciencia. La moral que trataban era la moral de las tradiciones y de la Iglesia. Faltaba el problema de la moral misma, la sospecha de que pudiera haber en ella algo problemático. El problema que viene a abordar Nietzsche: decir qué sea bueno o malo. Esto significa saber para qué está ahí el hombre, conocer su destino.

Nietzsche ve en la moral la terrible fuerza engañadora que ha corrompido a la humanidad. Él es el primero en darse cuenta y da la voz de alerta que declara la guerra a la moral, él es el inmoralista, pues quiere alterar todas las valoraciones morales recibidas y establecer nuevas tablas de valores.

Todo el problema moral se centra para Nietzsche sobre la naturaleza del bien y el mal. El tema dominante en la “doctrina moral” de Nietzsche es la moral de los señores y la moral de los esclavos.

El hombre noble y poderoso afirma la vida en su plenitud, encuentra como bueno y noble todo lo que se halla en su persona. Su moral, es, por tanto, “la glorificación de su personalidad”. Está orgulloso de no haber sido hecho para la piedad. Siente placer en ser duro. Desprecia a los débiles y cobardes. Se mantiene “más allá del bien y del mal”. Es dueño de sí mismo.

La moral de los esclavos es la antítesis a ésta. Es la moral del resentimiento y de la culpa, es una moral que rechaza la vida, la tierra. Nace en el alma de los oprimidos. Su actitud fundamental es el pesimismo y la desconfianza respecto a los señores cuyos valores niega. Luego proceden a alabar las cualidades que pueden suavizar su existencia: la compasión, la paciencia, la humildad, la amabilidad.


"(…) Todo lo que hasta el presente ha sido llamado verdad está hoy desenmascarado como la mentira más peligrosa, la más pérfida, la más subterránea; el pretexto sagrado de hacer a los hombres mejores aparece como un ardid para agotar la vida misma, para hacerla anémica chupandole la sangre. La moral como vampirismo... El que descubre la moral ha descubierto, al mismo tiempo, el no-valor de todos los valores en los cuales se cree o en los cuales se creía. No ve nada ya de venerable en los tipos más venerados de la humanidad, en los que han sido canonizados; ve allí la forma más fatal especie de engendros, fatales porque han fascinado... ¡El concepto de “Dios” ha sido inventado como antinomia de la vida; en él se resume, en una unidad espantosa, todo lo que es dañino, venenoso, calumniador, la entera hostilidad a muerte contra la vida! El concepto del “más allá”, del “mundo verdadero”, no ha sido inventado más que para despreciar el único mundo que existe, para no conservar ya a nuestra realidad terrenal ninguna meta, ninguna razón, ninguna tarea. ¡El concepto de “alma”, de “espíritu”, y, en fin de cuentas, también el de “alma inmortal”, ha sido inventado para despreciar el cuerpo, para hacerlo enfermar -hacerle “santo”-, para contraponer una ligereza horrible a todas las cosas que merecen ser tomadas en serio en la vida: las cuestiones de alimentación, de alojamiento, de régimen intelectual, los cuidados a los enfermos, la limpieza, el clima! ¡En vez de la salud, la “salud del alma”, quiero decir una folie circulaire que va desde las convulsiones de la penitencia hasta la histeria de la redención (…)".

Friedrich Nietzsche, “Ecce Homo. Por qué soy un destino”.

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